jueves, 7 de noviembre de 2013

Fin de Semana en Ezcaray 2013


Esta “entrada” es un tanto peculiar ya que relata dos actividades deportivas y la estancia en casa de Ures con su respectiva salida nocturna.

Viernes 1 de noviembre:

Ures, Miguel y Yo nos levantamos pronto para  hacer bici de monte por el Parque Natural de Izki (Alava).

La salida tiene una distancia de 50 km con un desnivel de 1.100 metros. Tiempo estimado 6 horas. Dificultad Alta. Prueba Circular.


Pasaremos por los pueblos de Maeztu, Apellaniz, Marquinez, Urturi, Quintana, San Roman de Campezo, Korres, Antoña y Maeztu.

La previsión del tiempo era bastante adversa, frío y lluvia, pero tuvimos la suerte de que no nos llovió casi nada en todo el trayecto y aguantamos bastante bien el frío.

Una de las peculiaridades de este Parque Natural es la cantidad de hayedos con los que te encuentras.

El terreno por el que se circula es muy variado. Bien pueden ser pistas agrícolas como senderos arenosos. Y a la vez, te encuentras dentro de un bosque como bordeando extensos valles.
Cuelgo algunas fotos.






El pueblo más singular para mí fue Korres. Casco medieval muy bien cuidado cuyas calles son de piedra y muy estrechas. Aquí nos paramos para comer unas tristes croquetas y unas sencillas ravas.


Volvemos a Maeztu antes de que oscurezca.

Después de tomarnos unas cañas en un pueblo nos dirigimos a Ezcaray. Lugar donde nos encontraremos con Joquín y Rebu, los juerguistas…

Fueron bastantes las críticas que hubo de la casa de Ures pero tengo que salir en su defensa y decir
que la casa me gustó mucho. Cierto es que hacía un poco de rasca y  que el agua estaba congelada, pero, qué quieres cuando una casa no está habitada normalmente.

Después de ducharnos y de ponernos guapos, tomamos unas tapas en el Bar Masip.

De copas pasamos por varios garitos acabando en un antro en donde dejaban fumar (me acordé mucho de Jaime). Unos bailoteos, unas miraditas y…. a casa. Una noche más nos volvemos sin compañía femenina. Eso sí, volvimos a las tres de la mañana, cuando queríamos madrugar el sábado para hacer una salida montañera.

Sábado 2 de noviembre:

A eso de las 11 horas nos despertamos, con algo de resaca. Nos duchamos, esta vez sí con agua caliente y para las 12 horas estamos preparados para hacer nuestra ruta.

Salida de 14 km con un desnivel de 500 metros y un tiempo estimado de 4 horas. También circular.

Dejo el enlace: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5565377

En esta ocasión nos acompañan Joaquín y Rebu. Dos personajes muy poco habituados a esto del deporte.

Lo que me sorprende es lo bien preparados que iban (mochila a juego, botas a estrenar, comida en plan barritas, chubasquero que se engancha a la mochila, clinex, etc…).

A los 40 minutos hacemos una “corta” parada de 20 minutos (como sigamos a este ritmo no llegamos ni para las 20 horas jajaja).


De camino a Turza, charlamos de varios temas y jugamos al pillapiva. Juego que no me atrevo a explicar pero que sólo de recordarlo me troncho. Por cierto, la mejor, la de Rebu.

En Turza hacemos la segunda parada.

A Joaquín ya se le ve un poco fatigado. Miguel le tranquiliza diciéndole que, según el GPS, tan sólo hay una subida de 200 metros, llaneo y todo para abajo.

Empieza la ascensión y oh sorpresa, nos encontramos con una pendiente continuada de más de 1 kilómetro y con el sol de frente.

Es este momento se hacen los “grupos”. Miguel decide ir a su aire ya que dice que es mejor que cada uno vaya a su ritmo. Yo le hago caso y sigo detrás de él. Un poco más abajo se encuentra el dúo Ures-Rebu que se les ve discutiendo de temas que no quiero ni imaginar y más abajo, pero más abajo, y con la cara desencajada, se encuentra, sólo, nuestro mendizale Joaquín. El pobre está recordando una y otra vez los 200 metros y el llaneo de Miguel…



Pasados varios minutos llega Joaquín al merendero, destrozado y con la cara roja como un tomate. No puede ni descansar 5 minutos. Miguel está nervioso porque teme que nos coja la oscuridad.

Son las 16:00 horas y Miguel no nos deja comer.

La bajada la hacemos en chus.


Aquí le vemos a Rebu tan contento. Se nota sus paseos de fin de semana de 2 horas por las calles de San Sebastián...



Para las 17:00 horas ya estamos de vuelta en Ezcaray. Nos ha sobrado una hora de luz…

Por la tarde, nos echamos un pigazu de 2 horitas.

Ducha y vuelta a la calle.

Por la noche cenamos en el Echaurren. Restaurante que, por cierto, se come muy bien.
Yo, recomendado por la camarera, me pido las “albóndigas de la abuela”. Error grave. Mira que no había otras cosas que pedir en un Restaurante de nivel…

La conversación en la cena es escasa. Estamos bastante cansados y el único que da juego es Ures que habla y habla. Gracias Ures por amenizar un poco la cena.

La idea inicial era hacer una segunda juerga, pero no estábamos por la labor. Tomamos una copa en el DE2 y para casa. La escalada al merendero no hay quien la levante…

Domingo 3 de noviembre:

Intento levantarme un poco antes que los demás para darme una última vuelta por el pueblo pero no es posible ya que, es bastante tarde y se despiertan con el ruido de la ducha.

Aun y todo bajo al pueblo a desayunar sólo.

Cuando vuelvo me encuentro que han estado limpiando la casa de arriba abajo. Baños, cristales, polvo, fregonas… Ufff, de la que me he librado.

Salimos de Ezcaray pronto para llegar a casa a comer.

Espero repetir la experiencia. Lo he pasado muy bien.